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MEJOR DISCUTAMOS SOBRE EL DERECHO AL DEPORTE
En México hay algunos buenos deportistas olímpicos. El caso que hemos visto una vez más es que los de otros países son buenísimos. Si no hay política deportiva nunca habrá muchos jóvenes con excelentes desempeños. Por tanto, es un error discutir la política deportiva del gobierno mexicano porque ésa no existe. Lo que se hace desde la Conade es sólo administración de un coto político. Lo mismo ocurre en las 32 entidades del país.
Sabemos de sobra que para hacer deporte se requiere antes que nada saltar unos obstáculos más difíciles que los de una competencia de vallas en la pista. Nada está organizado. Tanto deportistas como promotores del deporte carecen de verdaderos apoyos. Los jóvenes tienen que pagar para poder realizar cualquier actividad deportiva pero no sólo en los establecimientos privados que para cobrar han sido creados sino en los públicos.
Nunca ha tenido México una política deportiva. No se puede tener nadadores y nadadoras si no hay albercas y maestros. Eso cualquiera lo podría entender, excepto el gobierno, claro está.
La escasez de deportistas con cualidades para participar en unos juegos olímpicos es sólo una evidencia del problema de falta de deporte en México, pero no es el problema en sí mismo. Es decir, no se trataría de buscar a unos cuantos jóvenes, prepararlos muy bien y tener un equipo olímpico con muchas especialidades. Eso no funciona porque se requieren millones de jóvenes haciendo deporte para que de ellos salga un centenar de buenísimos deportistas. El objetivo no puede ser tener a esos cien excepcionales sino que se logra un buen equipo olímpico en un país cuando el deporte es un derecho efectivo de los jóvenes.
Lo que se debería empezar a discutir en México, a propósito de los denuestos a deportistas, manejadores, entrenadores y burócratas, es lo que en verdad es importante: los derechos de la juventud, entre ellos el deporte. Si no hay financiamiento para que los estudiantes se mantengan en las escuelas, es decir, el pago de un salario por estudiar, está claro que la deserción y el bajo rendimiento será lo que ha sido. Lo mismo ocurre en el aspecto concreto del deporte, pues para acceder a éste se requiere tener satisfechas las necesidades básicas y además contar con instalaciones y profesores suficientes. Eso es lo que hace falta.
La política deportiva no puede ser definida por organismos que gastan dinero en sueldos y viáticos pero no están diseñados para hacer algo concreto, incluyendo como parte de éstos a las llamadas federaciones que nadie sabe exactamente qué cosa son. El deporte debe organizarse desde abajo, desde la escuela, el barrio, la colonia, el pueblo. Para ello se requiere infraestructura. ¿Dónde está el plan nacional en este aspecto? Existen proclamados objetivos muy generales y programas demasiado estrechos pero nada más.
Los comentaristas deportivos traen una discusión muy entretenida pero por completo infértil porque ningún problema está alojado en el lugar donde lo analizan. Los burócratas por su lado se encuentran en el horrible tapete de justificaciones propias e inculpaciones de los demás. Sin embargo, por lo que se advierte, no habrá pronto cambios políticos pero tampoco existe, lastimosamente, un planteamiento surgido del deporte mismo, del que se hace de verdad, del que se sufre y se ama. Esto se debe a que la burocratización del deporte ha llegado a lo ridículo.
Diálogo trágico
Tuvieron que morir por las balas de la Policía Federal ocho personas en Nochixtlán para que el gobierno abriera un diálogo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación después de meses de solicitudes infructuosas de los maestros y de francas negativas de parte de las autoridades. Dicho esto de otro modo, la política gubernamental de condicionar todo diálogo a la renuncia de las peticiones principales del movimiento arrojó un saldo sangriento de muertos y heridos. La responsabilidad de esa tragedia es sin duda de Peña Nieto como jefe del gobierno pero el expositor sistemático de la negativa política fue Aurelio Nuño, secretario de Educación y hombre de mayor cercanía del presidente.
En un esfuerzo por sabotear el diálogo ya iniciado en la Secretaría de Gobernación, el mismo Nuño declaró que el tema educativo no sería tocado en las conversaciones. En realidad la reforma no es a la educación básica sino a la administración de la misma. Lo que tiene por ahora que abordarse entre los representantes de la CNTE y el gobierno es un tema de política de organización y administración de recursos humanos de las escuelas primarias y secundarias públicas del país. El sistema de evaluación jamás podrá ser la base del mejoramiento de la enseñanza, mucho menos cuando tiene aspectos punitivos entre otras contradicciones, pero lo verdaderamente grave es que el secretario del ramo así lo considere y por ello defienda las reglas de la evaluación como si fueran parte de una verdadera reforma educativa.
Para arrebatarle al SNTE el control del ingreso y la promoción en el magisterio no se requería improvisar un sistema de evaluación súbita y masiva, pero el gobierno lo adoptó por necedad y ha llevado al país a un ya largo conflicto donde las autoridades fueron cerrándose cada día más: fueron desde la amenaza y los procedimientos de separación de quienes no se presentaban a las evaluaciones hasta los ceses de faltistas y el encarcelamiento de dirigentes. Al final, hubo fuego de la policía.
Osorio Chong, jefe superior de la Policía Federal que disparó contra habitantes de Nochixtlán y quien, por tanto, alguna responsabilidad ha de tener en los hechos de sangre, encabeza la delegación del gobierno en las conversaciones del Palacio de Covián. En tal situación, ese secretario es quien debe encontrar la manera de eludir la línea más intransigente de Peña-Nuño que consiste en que para conversar se requiere la sumisión del que critica, denuncia y protesta.
Mas para lograr la derrota de esa línea intransigente y represiva se requiere que las fuerzas democráticas alcen su voz con la mayor fuerza. No se trata sólo de echar abajo la punitividad del sistema de evaluación sino de derrotar ese alcance punitivo hacia todo conflicto político. Hay que entonar muy alto para obligar a bajar el volumen del griterío autoritario dentro y fuera de los medios de comunicación. Hay que exigir, por tanto, que el diálogo tenga resultados, que predomine la voluntad de llegar a acuerdos.
Es mentira que las leyes no se negocian en sedes gubernamentales, esa afirmación es mendaz y forma parte de la línea de Nuño fraseada ahora por Osorio, la cual sólo busca colocar a las negociaciones de Bucareli sobre la cuerda floja. Tal tesis diazordacista, preámbulo de incontables represiones, debe ser derrotada.
Las investigaciones en curso de la PGR sobre los muertos y heridos por arma de fuego en Nochixtlán no son de fiar. La procuradora es parte del gobierno, lo es en los hechos aunque no lo sea en la ley. Por su lado, la Comisión Nacional de Derechos Humanos es incapaz jurídicamente de abrir procesos penales. Así que, en este caso como en otros muchos, se requiere un fiscal independiente. El gobierno no debe seguir investigando al gobierno como hasta ahora ha ocurrido.
No fueron profesores de la CNTE las víctimas mortales del fuego policiaco sino la gente que buscaba impedir la acción de los gendarmes en Nochixtlán porque apoyaba a sus propios maestros. Esto nunca lo reconocerá a las claras un gobierno engreído que quiere dar lecciones de rigidez como instrumento de gobernabilidad.
Recordemos por otra parte que el gobierno no debe educar sino que debe ser educado, conocimiento éste alcanzado desde el siglo XIX. Pues sí, ya estamos en el XXI…, cronológicamente.
Yanis Varoufakis
«Portaré el odio de los acreedores con orgullo» ha dicho Yanis Varoufakis al dejar el ministerio de finanzas de Grecia y, al tiempo, se ha convertido en un referente indispensable de la historia de la lucha contra los poderes financieros del mundo. Varoufakis ha dejado su cargo por demanda de los acreedores a quienes por lo visto les faltan argumentos con los cuales vencer al griego. El pueblo de Grecia ha dicho no, lo cual no depende de que Varoufakis sea ministro de finanzas o un diputado sin cartera. Pero la actitud de éste, en consonancia con el gobierno del que formó parte de manera brillante, es lo que prevalece. Dadle a los cobardes la presa que más desean en sus ansias de venganza pues eso no comprometerá la decisión de todo un pueblo en rebeldía frente a los usureros de Europa.
Penosa derrota de la CNTE
Dentro del carnaval del odio promovido por los más importantes medios de comunicación, es inminente la derrota de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Ese carnaval promovido por los López-Dóriga y otros (vendedores de jugosas gacetillas a cualquier gobernante necesitado), aderezado por uno que otro Ciro Gómez Leyva, siempre menor pero muy afanoso, tiene su base en la negativa de los profesores a negociar directamente el contenido de las leyes y en los innecesarios bloqueos que a ninguna autoridad presionan como quisieran sus realizadores.
La CNTE no objeta, sin declararlo, las dos leyes ya aprobadas, la del instituto de evaluación y la general de educación, pero sigue sin proponer un texto concreto de cómo quisiera que fuera la del Servicio Profesional Docente, la cual debería haber sido promulgada hace décadas. El PRD bloqueó la aprobación de esta última, pero no podrá hacerlo por mucho más tiempo. El bloqueo legislativo era para tratar de llegar a un acuerdo con la CNTE ante el silencio sospechoso de los líderes del SNTE, pero casi nada hay sobre la mesa. Ahí es donde radica la derrota: al final, no se habrá logrado nada aunque se haya logrado mucho.
El principio de que la evaluación no debe ser punitiva, es decir, no debe ser instrumento para despedir a los maestros, ya se ha incorporado al proyecto (el último, negociado después del dictamen de la comisión en la Cámara), por lo cual no queda más que esperar un texto de la CNTE, como lo ha pedido el PRD con sobrada esperanza. Ya sabemos que PAN y PRI quieren la vía autoritaria que consiste en que los profesores de educación básica deban admitir sin protesta toda clase de reglas laborales especiales pretendidamente promotoras de la calidad educativa que nunca han impulsado en tantos años de ejercer el poder.
Pero la CNTE, en lugar de entrar en una negociación, sigue con la necedad de la derogación (dice abrogación) de las recientes reformas del artículo tercero de la Carta Magna. Pero eso no puede obtenerse. Lo que correspondería a la CNTE es impedir que la ley se convierta en un subapartado B del artículo 123 de la Constitución, es decir, reducir derechos laborales de los profesores. Es evidente que eso sería inaceptable desde todo punto de vista válido, ya que se trata de derechos universales de los trabajadores, protegidos por la Constitución mexicana y los tratados internacionales.
Esa necedad de que la reforma constitucional deba ser derogada ha llevado a la CNTE a no negociar nada sobre la mesa. Mientras, sus acciones han perjudicado a la ciudad que siempre apoya las causas sociales y democráticas. De aquí se han colgado, como siempre, los sembradores de odios, los López-Dóriga, los pequeños Ciro, quienes jamás fueron a una manifestación, nunca tuvieron el valor de arriesgar el físico para exigir algo de justicia o democracia. Recuerdo a aquellos Zabludovsky mintiendo y clamando represión contra los estudiantes en 1968. Los manipuladores de la opinión pública defienden lo suyo. El problema ahora está en no dar espacio a la promoción del odio. Eso no lo ha sabido hacer la CNTE.
A la sección 22 de Oaxaca, mis respetos por la lucha política que dio contra el despotismo priista en su estado, pero mis condolencias por su regreso al gremialismo estéril que lleva a cabo en estos días.