Censura vs. libertad de difusión

La Comisión de Quejas y Denuncias del INE se apuntó otra tropelía: volvió a censurar el espot ya antes censurado del PRD. Ahora lo hizo por solicitud de Telmex, empresa monopólica que se sintió ofendida porque el promocional decía que muchas cosas no han cambiado en México y ponía como ejemplos, dentro de un mismo cuadro, a Telmex y Televisa.

Ya no sólo es López-Dóriga sino ahora también Telmex, es decir, Carlos Slim, quien no puede ser tocado con una referencia política adversa. Ya vimos que en el caso de López-Dóriga el planteamiento consiste en que se trata de un periodista (perteneciente al monopolio de la televisión), pero, ahora, ¿cuál es el motivo? Telmex (el monopolio de la telefonía y del internet) dice que se le calumnia al ponerlo junto a escenas feas y textos horribles. Además, afirma que el PRD no tiene permiso para usar su logotipo. Con estos dichos la autoridad electoral decreta censura. Lo que se lee en la Constitución no tiene sentido y mucho menos vigencia para el fabuloso INE: “Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio”.

En realidad, tanto López-Dóriga como Telmex y Televisa aparecían en el espot del PRD como elementos de ilustración de un texto. Pero ésa no es artificial sino que tiene un sustento en la declaración de preponderancia que ha hecho el Instituto Federal de Telecomunicaciones. Ambas empresas son monopolios y eso no ha cambiado en México, lo cual es recogido como punto de vista de un partido político que tiene el derecho –como toda la ciudadanía—de difundir sus ideas.

Ahora bien, es preciso advertir que en las dos censuras del espot del PRD lo que se quiere más que nada es desaparecer las imágenes de Peña, Osorio y Videgaray que aparecen ligadas a la herencia priista y a la situación actual que se denuncian en el promocional perredista.

El INE está llevando la temporada electoral a un claustro rigurosamente vigilado. Ya no se puede difundir con libertad porque de inmediato el INE se levanta con el arma de la censura para poner orden donde sólo se intenta la libertad. No tiene caso que los partidos tengan derecho de acceso a radio y televisión si la autoridad va a censurarlos. Esa conquista democrática se está convirtiendo en una cárcel de las ideas debido al predominio oficialista dentro del Instituto Federal Electoral. Se ha censurado también un espot del PAN.

Ya se tardó el Tribunal en resolver la primera censura pues la suspensión de un espot requiere respuesta rápida. Habría que estar esperanzados, aunque sin ilusiones, de que dicha instancia jurisdiccional admita la libertad de difusión y rompa con la censura política. Pero si así no lo hiciera, entraría en crisis el texto del artículo 7º. de la Constitución que antes se refería a la libertad de prensa y ahora trata de la libertad de difusión por cualquier medio, conquista ésta de carácter democrático de muy reciente realización. Con esa crisis se abriría un nuevo conflicto político: nada podría ser normal mientras no se respetara esa libertad. Tiene que admitirse la capacidad de criticar al gobierno y a los gobernantes en la televisión. Parece que estamos empezando, una vez más.